sábado, 18 de diciembre de 2010

INAUGURACIÓN DE LA CENTRAL TELEFÓNICA DE PUENTE GENIL Y PRIMERA GUÍA DE TELÉFONOS DE LA LOCALIDAD.

            Uno de los adelantos del siglo XX que supuso convertir el mundo en un pañuelo fue el teléfono.  Desde finales del XIX se fue imponiendo poco a poco, pese a las reticencias de los más recalcitrantes y obstinados “gurús” del inmovilismo que veían en el diabólico aparato un lujo sin importancia.
            Como en todos los lugares del mundo, en Puente Genil este importante invento tuvo sus detractores que pensaban que era algo sin futuro.  La historia de la telefonía en nuestro pueblo arranca en 1914.  En ese año D. Baldomero Giménez puso en El Aviso la primera piedra del proyecto que, tras largas vicisitudes e impedimentos, logró llevarse a la práctica.  Fue en el editorial de su publicación de fecha 5 de diciembre del año citado.  El escrito detallaba las ventajas que tendría instalar una central telefónica en nuestra población, especialmente para comunicar el pueblo con el extrarradio. 
En 1915 se iniciaron los trámites legales.  En primer lugar, se prepararon unos pliegos para que los firmaran empresas, instituciones y “particulares de prestigio”.  La condición que ponía el Estado para acometer el proyecto es que hubiera 50 abonados.  Como esta localidad contaba entonces con unos quince mil habitantes, no parecía una cifra excesiva.  Mas, contra todo pronóstico, sólo se consiguieron 19 firmas.  Según D. Baldo, el fracaso se debió a la desinformación, falta de ilusión y formación.
Y, por fin, tras largos años de espera, el 23 de diciembre de 1926 se inauguró la central telefónica, que estaba situada en la calle Madre de Dios, 9.  El acto estuvo rodeado de gran expectación.  Aunque la ceremonia oficial tuvo lugar a medio día, desde primeras horas la animación en la localidad era muy grande.  El Aviso relata lo acontecido de forma exhaustiva.  Por ello, la mejor forma de entrar en el ambiente que rodeó a Puente Genil el día de ese acontecimiento es trascribiendo lo dicho por el periodista local:

        <<Conforme teníamos anunciado, el día 23 del actual, fue inaugurada oficialmen­te, y abierta al público, la central telefó­nica.
Aun cuando hasta el medio día no se iba a verificar la ceremonia de rúbrica, desde las primeras horas de la mañana se notaba una marcada animación, prelu­dio de la fiesta.
A las once de la mañana, La calle de Don Gonzalo presentaba un magnífico aspecto, pues todos, o casi todos los automóviles particulares y del servicio público, formaban una larga fila, dis­puestos a las órdenes del señor Alcalde para partir al encuentro de los autos en que el señor Gobernador civil de la pro­vincia y sus acompañantes vinieran de Montilla, donde por la mañana se había inaugurado, también, la central telefó­nica.
A las 11'30, comunicaron de Monti­lla que habían salido para esta el señor Gobernador 'y las distinguidas personas que le acompañaban, e inmediatamente partió el señor Alcalde, en su auto, se­guido de los damas vehículos y ocupados por las personas previamente invitadas, y eii la carretera de la Rambla, desde el cruce con el camino de Aguilar, se hizo alto, en espera de que llegaran los expedicionarios.
Había el propósito de apenas hubiese llegado el señor Gobernador de la pro­vincia, partir por la carretera de Herrera al encuentro del auto en que el señor Gobernador de Sevilla, don José Cruz Conde, venía a esta, acompañado de nuestro distinguido paisano, residente en Sevilla, don Luis Fernando Reina Noguez; pero no fue posible cumplir esta segunda parte del programa, porque tanto unos como otros llegaron a un tiempo.
Próximamente a la una de la tarde, llegaron en cuatro automóviles, el Gobernador don José Cabello y Lapiédra, el Alcalde de Córdoba don Francisco Santolalla Natera, el Delegado de Ha­cienda don Manuel Danvila, el Delegado gubernativo don Ramón Escofet, el pri­mer teniente de Alcalde don Rafael Cruz Conde, los diputados provinciales don Manuel Baquerizo y don Isidoro Barbu­do, el secretario de la Junta provincial de Beneficencia don Pedro Villoslada, el Ingeniero del 5.° distrito de la Compa­ñía de Teléfonos don Francisco Gil Merino, su secretario señor Fernández Portero, nuestro paisano don Antonio Estrada Morales, el redactor de la re­vista «Andalucía» don Felipe Pascual y los periodistas señores Torres, Madrigal y Martínez.
Cuando se disponía a partir la comiti­va, llegaron de Sevilla los señores Cruz Conde y Reina Noguez.  Inmediatamente pusiéronse en marcha todos los autos, precedidos del ocupado por los señores Gobernador y Alcalde, entrando por la Avenida de Manuel Rei­na y calle Manuel Morales, a la de Ma­dre de Dios, haciendo alto a la puerta del Ayuntamiento, desde donde, des­pués de descansar unos minutos, dirigié­ronse las autoridades a la Central Telefó­nica, donde aguardaban para proceder a la ceremonia de la bendición de la Cen­tral el señor Cura Párroco regente de la Purificación don Juan Lucena Rivas, el Administrador de esta zona telefónica don Aureliano Cañasveras, el mecánico Sr. Arias, el encargado de la Central don Tomás Rusillo y las telefonistas doña Josefa Delgado de Rusillo y las seño­ritas Dolores, Narcisa y Mercedes Del­gado Perailes.  Terminada la ceremonia de la bendi­ción, púsose comunicación con Madrid y los señores Gobernadores de Sevilla y Córdoba hablaron con el Marqués de Estella y con el Ministro de Hacienda señor Calvo Sotelo. 
A la puerta de la Central  los   corres­ponsales gráficos de varios periódicos ti­raron algunas placas, y desde un balcón hizo lo propio el fotógrafo señor Rueda. Acto    seguido,   todos   los invitados volvieron a ocupar los autos que aguar­daban en la calle Madre de Dios,   mar­chando a la Estación   del   Ferrocarril en cuyo   restaurant fue  servido  por  don Faustino Sicila el banquete   con   que  el señor Alcalde,   de   lo  consignado  para sus gastos de representación, obsequió a todos los invitados. 
El menú, como confeccionado por el señor Sicilia que es un verdadero maes­tro en esto, no pudo ser mejor ni más sugestivo. Fue el siguiente:
Entremeses variados; Huevos a la Chartrés; Langosta salsa tártara; Pollo cazadora; Vol-au-vent Financier; Torti­lla de ternera Orloff; Jamón sucret con huevo hilado; Dulce Mascota; Café, Li­cor Gran Marnier y Habanos; Vinos: Chateau Margueaux, Marqués de Riscal, Moriles fino Judea, Champagne Viuda de Clicot.
Lo reducido del local fue causa de que algunos comensales no estuvieran con toda la comodidad deseada y que el servicio se hiciera con alguna dificultad.  En la imposibilidad de citar los nom­bres de todas hs personas que asistieron al acto, nos limitamos a consignar las que figuran en la lista de invitados, algu­nos de los cuales no asistieron por impedírselo   causas   diversas,   asistiendo,  en cambio otras que no estaban invitadas.  He aquí las personas invitadas por el Sr. Alcalde.  Sr. Gobernador Civil don José Cabello Lapiedra, Sr. Presidente   de  la   Diputa­ción provincial don Antonio Castilla; Al­calde de Córdoba don   Francisco Santo-lalla Natera;   señor Gobernador de Sevi­lla don José Cruz Conde;   señor Delega­do gubernativo don   Ramón Escofet; se­ñor Delegado   de  Hacienda don Manuel Danvila; Juez Municipal   don Manuel Pa­rejo Delgado; Capitán   de la Guardia Ci­vil don Diego Roldan Ecija;   Teniente de la  Guardia   Civil   don  Francisco   Galán Rodríguez;    Párroco   de  la   Purificación don Juan Lucena Rivas; Párroco de San­tiago don Santiago Rivero Luna;   los te­nientes  de alcalde   don   José   F.   Reina Carvajal, don  José   Varo  Campos,   don José Pandelet Reina y don   Manuel Del­gado Estrada.  Los   concejales:   don    Luis  Fernando Reina Noguez, don Julio Moreno Melgar don Francisco Crespo Estepa, don Fran­cisco Vila Vílchez,  don   Manuel   Gómez Morales, don José   Melgar   Paladín, don Enrique Reina del Pino, don Luís Calvez de la   Cámara,   don   Francisco   Chacón Yerón, don Rafael   Rivas   Morales,  don Olegario   Almeda   Rodríguez,   don   Ma­nuel   M,  López   Quintero   y   don Julio Aguilar Borrego;  Secretario   del Ayun­tamiento don José  F.    Carvajal   Ortega; Abogado   asesor   del   Ayuntamiento don Enrique Porras del   Castillo;   Interventor de   fondos    municipales   don   Cristóbal Aguilar   Rivas;   Teniente    Alcalde   de Córdoba don  Rafael   Cruz   Conde; Far­macéutico don   Antonio   Estrada  Mora­les y presidente de   la  Cámara Agrícola de Córdoba don Francisco Rioboo.  Superior del Convento de Francisca­nos; Señores Presidentes de la Cruz Ro­ja, Casino Liceo, Círculo Mercantil, Cír­culo Católico, Casino «La Amistad», Ca­sino de Artesanos, Casino «Juventud Cultura», Casinillo, Casa del Pueblo y Centro Ferroviario.  Comerciantes exportadores don Car­los Morales Delgado, don Enrique Bedos Adell,  don Pedro Chavarría Curto y don Amado Feliu Rubíes.  Director del Banco Español de Crédi­to don Carlos Melgar Castillo; Banquero don Antonio Baena Delgado; Gerente de «La Alianza» don Femando Reina Car­vajal; Gerente de «Nuestra Señora del Carmen» don Eduardo Moyano Cordón; Gerente de «La Casualidad» don Fran­cisco Yerón Chacón; Gerente de «La Nueva España» don Tomás G. Caballos; Jefe de Telégrafos don Cristóbal Aguilar Montilla; Jefe de Correos don Joaquín Enrique Zurita Ruiz.  Presidente de  la Junta   del   Somatén don Francisco Reina Framis; Vocales del Somatén don Manuel Reina Noguez, don Francisco Jurado Delgado y   don Juan Torres  García-   Cabo   del   distrito   don Rufino Delgado Jaén; Cabos de zona don Mariano  Reina  Campos,   don   Cristóbal Reina Salas, don Rafael González Herre­ra y don  Juan del  Pino   García;  Subcabos don Rafael Fernández  Morales, don Miguel   Carmona   Arroyo,   don Joaquín Cortés Gálvez  y don   Agustín  del  Pino García; Vicepresidente de  la U, P.   don Antonio Reina del Pino; Secretario y Vo­cales  de  la   misma don   Hipólito  Reina Padilla, don  José   Galán Benítez  y  don Manuel Pérez Rivas; el Inspector Muni­cipal Jefe de Sanidad don Leonardo Ve-lasco Estepa;   los Médicos titulares  don José Neira  Cayllet. Don   Rafael   Moyano Cordón, don Luis Melgar Ortíz, don Mo­desto Delgado Estrada, don Pascual Bracho García; los  farmacéuticos   don José Villafranca Melgar,  don   Antolín Muñoz Carvajales y don Joaquín   Abaurre  Ló­pez; los veterinarios   titulares  don  Enri­que Carmona Morales, don Enrique Car-mona Villafranca y   don   Pedro   Chacón Yerón.  Los maestros de Instrucción primaria don José Gorriz Barrionuevo, don Fran­cisco A. Calvo Flores, don Antonio Ba­jo González, don Miguel Córdoba Acosta, don José Leiva Orellana y don Sixto Sigler Fernández; el vocal de la Cámara Agrícola don Francisco Varo Ariza, el notario don Agustín Álvarez de Sotomayor; el primer contribuyente por rústica don Eligió Gómez Porras; primer con­tribuyente por urbana don Antonio Cam­pos Sánchez; el presidente de la asocia­ción de clases pasivas don Francisco del Castillo Estrada; el general del cuerpo Jurídico de la Armada don Cristóbal del Castillo Estrada; el administrador del Excmo. Sr. Duque de Tarifa don Jesús Cisneros Rull; el procurador don Alber­to Álvarez de Sotomayor; el primer con­tribuyente por industrial don Francisco Chacón Castuera.  Por el Aviso nuestro Director don Baldomero Giménez; por los fabricantes de dulce de Membrillo don José Pérez Reina; don Francisco Morales Delgado, don Carlos Delgado Delgado; el Ingenie­ro don Manuel Delgado Delgado; el In­geniero Jefe de obras públicas de la provincia don Práxedes Mateos Cruz; don José Gómez Fernández; los Alcal­des de Montilla y Aguilar, y del alto personal de la Compañía de Teléfonos el Ingeniero Director del 5-* Distrito don Francisco Gil Merino, su secretario don Fernando Fernández Portero, el Ad­ministrador de la zona D. Aurelio Cañas-veras, el Ingeniero D. Francisco González Amo, el Jefe de tráfico don Joaquín Sánchez Moreno y el Jefe de construc­ciones don Juan Parra. 
A la hora de los brindis, fue el prime­ro en hacer uso de la palabra, nuestro Alcalde don Juan Delgado Bruzón, quien en unas cuartillas que leyó, dijo lo si­guiente:
«Señores: Siempre tuve por norma de conducta callar y obrar, y por eso nun­ca he dirigido la palabra en estos actos: si alguna vez lo hice, insistentemente re­querido para ello, lo fue tan parcamente que en pocas frases condensaba todo lo que sentía y pensaba. 
Pero hoy ni quiero, ni debo privarme de expresar la gran satisfacción que ex­perimento por ver realizado el acto, que en este momento celebramos y que hace mucho tiempo ha sido el gran anhelo de este vecindario, así como por vernos acompañados de tan Ilustres Autorida­des y cariñosos amigos, que a pesar de la molestia de un largo viaje y de restarles un tiempo que tanto necesitan para otros asuntos de mayor interés, no solamente no han vacilado un momento, sino que han demostrado gran complacencia en estar entre nosotros, honrándonos con su grata visita, por eso haciéndome intér­prete del sentimiento, tanto del Ayunta­miento como del vecindario que repre­sento, les doy la más expresivas gracias por el honor que nos han dispensado.
También quiero hacer constar ¡a pro­funda gratitud que sentimos hacia la Compañía Telefónica Nacional, tan dig­namente representada, por el altruismo de que ha dado pruebas, renunciando a la subvención que le fue ofrecida por el Ayuntamiento para instalar la Central, cuya inauguración hoy ha tenido lugar, y que es prueba palpable del esfuerzo que viene realizando para dotar a nues­tra querida Patria de uno de los servicios mejores del mundo y de que tan necesi­tada se encontraba.
Mucho ha contribuido la Villa a que lleguemos a este momento, pero es de todo punto indiscutible, que el mayor galardón corresponde a la Compañía, que ha sabido hacerse eco del deseo vehemente demostrado por aquélla; pero yo os prometo señor Gobernador, que antes de un año, hemos de celebrar ac­tos análogos al actual, que os demostra­rán de lo que es capaz un pueblo que, secundando las iniciativas de sus admi­nistradores, se propone ser grande, por lo que a vuecencia, como digno repre­sentante del Gobierno, le ruego le haga saber, que seguimos el camino trazado por él, para el resurgimiento de nuestra querida España, lo cual no sería posible sin la cooperación que deben prestarle todos sus hijos. 
A vuecencia, señor Cruz Conde, dig­no y meritísimo Jefe de la Unión Pa­triótica en la provincia, también os digo que sin las sabias doctrinas sustentadas por esta institución salvadora y sin la práctica de los deberes cívicos que ella nos enseña, no llegaríamos nunca a con­seguir esa cooperación, por lo que nos esforzamos en difundirla para que llegue a conocimiento de todos, y por todos sean acogidas con  el  amor  y   el interés que se merecen.  Por último señores, sean mis más res­petuosos saludos, mis mis cariñosos re­cuerdos para su majestad el Rey Don Alfonso XIII, para la Augusta Señora, modelo de caridad y Reina de la her­mosura y para el eximio Jefe del Go­bierno Excmo. Sr. D. Miguel Primo de Rivera, que con sus Ilustres colaborado­res, ha conducido a la Nación a una Era de Paz y prosperidad que va siendo la envidia y el asombro de las damas na­ciones.  Brindo pues por ellos y porque esta nuestra querida patria chica, llegue a ser lo que por el tsfuerzo de sus hijos me­rece.» 
Hablaron a continuación, el Ingeniero del 5.° Distrito don Francisco Gil Meri­no; el Presidente del comité local de la U. P. don Luis Fernando Reina; el Vi­cepresidente de la Diputación Provincial señor Baquerizo, el Gobernador Civil de Sevilla señor Cruz Conde, y en último legar el Gobernador de la provincia se­ñor Cabello Lapiedra.  No podemos transcribir sus discursos, porque, por carencia de elemento no pudimos tomarlos; pero todos fueron alu­sivos al acto que se festejaba, y todos inspirados en un elevado espíritu de pa­triotismo. 
Terminado el banquete, regresaron a Sevilla, el Gobernador señor Cruz Conde y don Luis Fernando Reina Noguez, y a Espejo, donde iba a ser inaugurada otra Central Telefónica, todos los seño­res que a inaugurar esta vinieron de Córdoba.  Desde el medio día lucieron colgadu­ras los balcones de las principales ca­lles, y no tenemos para qué decir que hubo gran animación en el pueblo, prin­cipalmente en las calles recorridas por la comitiva, y que desde el momento en que fue inaugurada la Central, hasta ho­ra avanzada de la noche, se estuvieron cursando centenares de telefonemas a to­das partes de España, y se celebraron no pocas conferencias, con algunas difi­cultades motivadas por la enorme aglo­meración de servicio.>>

        Hay varios datos curiosos y significativos en este artículo.  Entre ellos, el hecho de que los particulares pusieran sus vehículos a disposición del Ayuntamiento; que el Alcalde pagara de su bolsillo el banquete (su asignación es lo que podríamos llamar sus “dietas”); la composición del menú, etc.  Podemos ver que en esos momentos, debido a la construcción de la nueva casa consistorial, el Ayuntamiento tenía su sede en la calle Madre de Dios, en la que fuera casa palacio de la familia Montilla y hoy de los hermanos Espejo Baena.  En un próximo artículo hablaremos de ese ayuntamiento que se inauguró por esa época también.  El restaurante de moda en esos tiempos era el de la Estación, que dirigía el Sr. Sicilia.  Este restaurador gestionaba los de varias estaciones de ferrocarril, según tengo entendido.  Asimismo, el relato nos refleja la composición de la jerarquía social y del entramado de representaciones políticas, culturales, industriales, etc., tanto de Puente Genil como de la provincia de Córdoba.  También están reflejados los nombres de las primeras telefonistas, del jefe de esta central y de los técnicos de Telefónica (que entonces se denominaban mecánicos).
            Una vez puesta en marcha la central,  se distribuyó la guía telefónica que, al mismo tiempo, se publicó en El Aviso.  En ella se indica cómo ha de usarse el teléfono que, lógicamente, no era tan fácil como ahora, pues había que ponerse en contacto con la telefonista que era la que, de forma manual, te conectaba.  Las personas de más edad recordarán que hasta los años setenta del pasado siglo había que hablar con la telefonista que, dicho sea de paso, estaba al cabo de cuantas conversaciones y noticias se daban por teléfono.
La lectura del documento que se adjunta, LISTA PROVISONAL DE ABONADOS AL CENTRO TELEFÓNICO URBANO DE PUENTE GENIL, lejos de ser ocupación de excéntricos como consideraríamos ahora al que nos dijera que nos leyéramos la guía o las páginas amarillas, nos da una fiel idea de las industrias, comercios, casa particulares, organismos, nombre de las calles, etc., que había en el Puente Genil de la Dictadura de Primo de Rivera.




1 comentario:

  1. que interesante.
    que precio o que costo aproximado puede alcanzar una central telefónica hoy en Argentina?¿

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