viernes, 10 de junio de 2011

ESCENAS DE LA RETAGUARDIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

             Además de controvertido, por las reacciones y sensibilidades que puede “mover”, el tema de la Guerra “Incivil” de 1936 1939 es apasionante desde el punto de vista histórico.  Aunque todavía es pronto para hacer una revisión seria y escribir de forma veraz y apartidista sobre los sucesos acaecidos en Puente Genil (todavía hay personas que tienen cicatrices y malísimos recuerdos de esa aciaga época), sí es hora de ir acumulando material archivístico para que, dentro de unos años, los historiadores tengan una base científica y suficientes datos para hacer una reconstrucción fidedigna de los hechos sin que en la misma haya “buenos y malos”.
                Puente Genil, por su estructura social y económica, sufrió los horrores de la represión más que los propios de una batalla en regla.  Por ambos bandos.  Por el Republicano durante los diez últimos días del mes de julio de 1936 (tiempo en el que un numeroso grupo de milicianos de distinta extracción vino de Málaga y horrorizó con sus crímenes, robos, quema de templos y de patrimonio, etc.).  Por el rebelde, a partir de esa fecha y hasta bien entrada la década de los cuarenta.  Diez o doce años en los que los fusilamientos indiscriminados, primero, y los encarcelamientos y deportaciones, después, sembraron la injusticia, la desolación, el desamparo y el miedo en muchas familias de nuestro pueblo.
                Ya publiqué hace tiempo el relato de la toma de Puente Genil por los republicanos el 20 de julio del 36 y por la columna de comandante Castejón el 1 de agosto de ese año.  Una vez afianzado el poder de los “Nacionales” en la zona, comenzó a funcionar la maquinaria del nuevo Régimen en el que, en un principio, y tras el Decreto de Unificación de Falange Española de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) y de los Tradicionalistas, comenzó a llevarse a cabo la revolución social y económica que predicara José Antonio Primo de Rivera, el Gran Ausente, como era denominado.  Esta revolución comenzaría por la integración del proletariado en los sindicatos verticales para acabar con la lucha de clases y un amplio programa de reformas sociales que alcanzaron su desarrollo (con mayor o menor acierto, según los casos) una vez terminada la guerra.
                Los casi tres años que duró la contienda fueron, como en el resto de las dos Españas, duros para nuestro pueblo porque aún estaban sangrantes las heridas de la lucha que ya hemos comentado del verano del 36, eran constantes las denuncias injustificadas (muchas veces por afán de venganza), angustiosas las noticias que llegaban del frente y muchas las carencias provocadas por la lógica “economía de guerra”.  Hay que apuntar dos cosas con respecto a estos dos últimos temas.  Primero, que aunque los años de la guerra fueron de escasez, cuando ésta se notó realmente fue al terminar la contienda por razones que no entran en este artículo.  Y segundo, la mayoría de los hijos de Puente Genil sirvieron, por lo menos al principio del Alzamiento, encuadrados en el Primer Batallón Bandera de F.E.T. de las J.O.N.S. de Córdoba, la denominada “Bandera de López Tienda” (este militar, Joaquín López Tienda, era el teniente coronel jefe de la 2ª Media Brigada de la 22 División) , que desarrolló sus acciones bélicas en la zona de Los Pedroches.
                Pero las penas de la guerra habían de enjugarse, desde el punto de vista de los nuevos gobernantes, con el ardor patriótico y la exaltación de los valores heroicos y de culto al Caudillo y a José Antonio.  En todos los pueblos se crearon las distintas unidades y jerarquías de FET de las JONS: Frente de Juventudes (flechas y pelayos) para los niños, Sección Femenina para las mujeres y Central y Junta de Ofensiva Nacional Sindicalista para los hombres.  Se organizaron, entre otros,  bandas de cornetas y tambores, servicios de auxilio social,  de gestión municipal y de prensa y propaganda (este último fue creado por el General Millán Astray  que también fundó desde ese cargo Radio Nacional de España).  Las actividades de cada uno de estos servicios, que dotaban a la retaguardia de un engranaje para que la máquina funcionara para ganar la guerra, se revestían de parafernalia, pompa y boato.  Cualquier ocasión era buena para exaltar al Caudillo, a la bandera, al ideario de José Antonio.
                La mejor forma de adentrase en ese mundo es leyendo la prensa de la época.  Desde principios de la guerra comenzaron a publicarse periódicos y revistas de carácter propagandístico en los que se relataban los avances bélicos, los actos sociales de la localidad, etc.  En Puente Genil se fundó, en el otoño de 1936, AMANECER, Órgano de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que tenía periodicidad semanal.  Este periódico es una buena fuente en la que encontrar respuesta a la pregunta de cómo vivió Puente Genil los años de retaguardia.  El 6 de junio de 1937 se celebró, con toda solemnidad, “El Día de la Falange” en Puente Genil.  Amanecer dio cumplida cuenta del acontecimiento.  Hubo desfiles, misas, bendiciones, discursos, etc.  La lectura de este artículo nos transporta a un tiempo en el que los protagonistas eran nuestros abuelos y bisabuelos.  En el mismo aparecen nombres que todavía nos son, aunque en la lejanía, familiares.  Y se nombra a personajes que han alcanzado en nuestra historia cultural justa fama.  Os invito a que leáis este interesante documento que recibí en una colección de revistas antiguas de nuestro pueblo procedentes de mi tío Francisco Morales Delgado, dueño de la fábrica de aceites y hacienda Santa Elena.
                Se muestran, además del artículo, varias fotografías de los actos.  Especial atención hay que prestar a la que refleja el momento del desfile de los flechas y pelayos por la calle de la Plaza, en la que se ve en primer plano la casa de los Cristalitos íntegra y cómo el pueblo saluda brazo en alto al paso de las centurias.  Éstas iban precedidas por la banda de cornetas y tambores que dirigía el polifacético músico José Arcos Cosano, autor, entre otras de La Matraca y Enriquetilla.  Doy por bueno este dato sobre Arcos, toda vez que me lo facilitó una persona que vivió en primera persona la fundación de esa banda: Joaquín Ruiz Millán.  Su testimonio sobre distintos aspectos musicales de nuestra historia local ha sido contrastado en numerosas ocasiones y ha sido siempre fidelísimo reflejo de lo acontecido.







 

 Desfile de las Centurias por la calle de la Plaza. A la izquierda, la casa de Los Cristalitos


Autoridades presentes en el acto






BIBLIOGRAFÍA:
-           Ubieto, Jover, Reglá, Seco.  Introducción a la Historia de España, Barcelona.  Teide, 1986.
-           Semanario Amanecer, Órgano de la Falange Española Tradicionalista de las JONS, Puente Genil, 1936 a 1939.
-           Losada Campos, A.  Historia de la Villa de Puente Genil.  Madrid, Ediciones Castilla, 1971.

               

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