miércoles, 13 de abril de 2011

LUEGO VENDRÁ SEMANA SANTA

              Con este evocador título traigo al blog un poema.  Aunque ha aparecido publicado en la revista de Semana Santa de Puente Genil de 2011, no me resisto a colgarlo para que todos los amantes de la poesía y, en especial, de la de Ricardo Molina, podamos disfrutar de esta joya que nos ha llegado gracias a dos coincidencias: el celo de Flora Molina y el ansia de saber y de estudiar de un pontanés de adopción, Jesús Asensi Díaz.
                Flora Molina es sobrina de Ricardo Molina.  Convivió con él durante su infancia y primera adolescencia.  Su relación fue casi de padre hija.  Conserva en su casa de Ibiza (lugar en el que reside) toda la biblioteca del poeta (formada por más de 10.000 volúmenes) y la colección de cartas y legajos que recibió a lo largo de su vida.  Es una mujer generosa que ha puesto su preciosa herencia a disposición de cuantos han querido estudiarla.
                Jesús Asensi Díaz es uno de los más preclaros intelectuales que en nuestros días enriquecen Puente Genil.  Aunque no es natural de esta localidad, el destino profesional de su padre (maestro nacional) lo hizo recalar en esta tierra.  Es profesor jubilado de la Escuela de Magisterio en la Universidad Autónoma de Madrid y autor de numerosos estudios sobre flamenco y folclore andaluz.  Sus trabajos sobre Ricardo Molina y Rejano han dado como fruto varios pregones evocadores.
                Ricardo Molina (Puente Genil, 1916 – Córdoba, 1969) es, sin duda alguna, el motor y luz del Grupo Cántico, puñado de poetas que formaron la Generación del 50, una de las de más valor de nuestra literatura por su lucha en una época de censura, falta de libertades y penurias económicas.  Su traslado a Córdoba no significó el olvido de Puente Genil.  Todo lo contrario, con un grupo de amigos refundó, en 1952, la corporación Samaritana, Mujer Adúltera y el Fariseo que hoy forman Los Samaritanos.  En ese ambiente Manantero escribe, en el año 1955, una carta a Juan Rejano, poeta de Puente Genil que estaba exiliado en Méjico, en la que le describe con pinceladas líricas llenas de luminosidad y notas de nostalgia, la Semana Santa.  Esta carta tuvo su respuesta, inesperada y llena de cariñosas palabras por parte de Rejano.
                La coincidencia de Asensi y Flora Molina en el congreso que, en 2007, se celebró en Córdoba sobre el Grupo Cántico, hizo que ésta le diera una copia del original manuscrito del poema que escribió Molina a Rejano en 1955.  La primera vez que aparece publicado es en el número 6 de la revista Cántico (órgano de expresión del Grupo) con el título de “Carta a Juan Rejano”.  Las posteriores reediciones en distintos libros antológicos de Molina no han sido fieles con el original.  Por eso, en la revista de Semana santa de Puente Genil del año 2011, Asensi lo expone y explica en estado puro, tal como Molina lo escribió, lleno de añoranzas y fervores mananteros, allá por la Cuaresma de 1955.
                Hay que agradecer a Jesús Asensi Díaz su encomiable labor y a Flora Molina su generosidad y simpatía, de la que fui partícipe en el pregón del Jueves Lardero en la Asociación “El Incienso”, de Málaga.


               

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