miércoles, 27 de junio de 2012

LOS HÉROES DEL MAR II: CONTRALMIRANTE DELGADO PAREJO.




De esta manera anunciaba la muerte de nuestro paisano Manuel Delgado y Parejo el diario nacional El Imparcial de fecha 20 de septiembre de 1895.  En un desgraciado accidente, fruto del infortunio, se hundió el buque aviso de hélice Sánchez Barcaiztegui después de chocar con el vapor Mortera.

 El Sánchez Barcaiztegui, buque en el que perdió la vida Delgado Parejo.


 
El resto de la prensa nacional e internacional se hizo eco de la noticia y durante muchos días ocupó secciones importantes en los periódicos.  Delgado Parejo había sido promovido a jefe del Apostadero tres meses antes.  Era el puesto de mayor responsabilidad (dentro de la Armada) en la zona de las Antillas Españolas, pues de su mando dependía la mayor parte de la flota de esa zona. Antes de llegar a ese puesto había tenido una carrera brillante como marino de guerra.  ¿Quién fue este hombre, tuvo mucha relación con Puente Genil o, por el contrario, sólo pasó aquí los años de su niñez?  En este artículo pretendo dar datos de su biografía, de su carrera como militar y de su relación con el pueblo que le vio nacer.


 Retrato de Delgado Parejo que se conserva en el Museo Naval

 
D. Juan Delgado Montoro era natural de Arjona, Jaén.  Se había casado con Dª Juana Montoro y Cañero, dama de Puente Genil.  De su matrimonio nacieron Carlos, Manuel, Francisco, Carlota, Ana y Narcisa.  De lo hijos, Carlos fue abogado, caballero de la Orden de Santiago, auditor honorario de la Marina y alto funcionario de la Hacienda en Cuba.  Terminó sus días en Puente Genil, acrecentando la bien ganada fortuna personal y administrando la de su familia.  A él y su esposa, la cubana Carmen Bruzón García Garáiz, se deben, entre otras cosas, la obra de ampliación de la entonces ermita de Jesús Nazareno en lo que ahora es la capilla de San Cristóbal.  Francisco fue abogado, fiscal, registrador de la propiedad y hombre de leyes.  Caballero de  Calatrava y hacendado en Puente Genil.  Ana María fue la madre de Celia Méndez Delgado, fundadora de las Esclavas del Divino Corazón. 
Manuel, el menor de los varones, nació en Puente Genil, el 29 de enero de 1828.  Comenzó su carrera militar como guardia marina el 29 de enero de 1844, día que ingresó en la Compañía de Guardiamarinas del Departamento de Cádiz.  Por los datos históricos que hemos podido recabar en el Ministerio de Defensa, formó parte de la última promoción del Colegio Real y Militar de Guardias Marinas de La Carraca que  pasó a denominarse a partir de 1845 Colegio Naval Militar.  En 1848 ascendió, tras terminar sus estudios teóricos, a guardiamarina de 1ª.  Fue destinado a la fragata Reina Dª Mª Cristina.  En 1850, cuando formaba parte de la tripulación del navío Soberano, recibió el despacho de alférez de navío (el equivalente a teniente del los ejércitos de tierra y aire).
Durante esa etapa de alférez de navío sirvió en la flota de Filipinas.  Esa escuadra se dedicaba en la época de que hablamos a la lucha contra la piratería joloana.  En este destino ascendió, en 1857, a teniente de navío (capitán).  Participó con la flota española en la Guerra de África de 1859 - 1860 (que terminó con la famosa batalla de Wad Ras y el tratado del mismo nombre de 26 de abril de 1860).  Por el heroísmo mostrado en la campaña, en 1860 se le ascendió (lo mismo que a muchos de los oficiales y jefes participantes) a comandante del Ejército y le fue concedida la Medalla de la Campaña de África.  Y es que el Gobierno optó por  recompensar las acciones en esta guerra de una forma que no perjudicara al resto de miembros de la Armada que estaban destinados en otros lugares de riesgo como Filipinas o las Antillas.  Por eso, los ascensos concedidos fueron en el Ejército.  En mayo de 1865 toma el mando del vapor General Lezo (1865) y en agosto pasa a mandar la goleta Santa Teresa
Pero el destino en el que desarrollaría gran parte de su carrera militar y en el que desplegaría y haría gala de sus dotes para el mando fue en la flota de las Antillas, a bordo de los vapores Congreso y Bazán.  En octubre de 1868 asciende a capitán de fragata, en diciembre de 1872 a capitán de navío.  En el año 1873, época de la insurrección cantonal de la Primera República, estuvo en el arsenal de la Carraca a las órdenes del Capitán General de ese departamento.  Durante la Primera Guerra de Cuba o Guerra de los Diez Años (1868 – 1878)  mandó las fragatas Blanca y  Gerona.  Los grandes servicios prestados al mando de ese buque tuvieron muchas consecuencias posteriormente.  Al terminar esa guerra es nombrado capitán del puerto de La Habana, cargo en el que permaneció hasta 1880, para pasar a ocupar el puesto de Oficial Primero del Ministerio de Marina.  

 Fragata de hélice Gerona, en la que Delgado Parejo sirvió con heroísmo a España durante la Guerra de los Diez Años (1868 1878)
Fotografía tomada de todoavante.es

 
En 1884 ascendió a capitán de navío de primera clase, un grado que no existe en la actualidad y que equivalía al de brigadier.  Este mando se creó en la reorganización que sufrió la Armada en 1868.  Anterior a este último ascenso fue la concesión de la placa de San Hermenegildo en mayo de 1883.  En el empleo de capitán de navío de primera clase estuvo destinado en el Ministerio, en la Junta Consultiva (de la que fue secretario).  En 1885 participa en la Comisión del Código de Policía y Disciplina y en noviembre es nombrado Secretario General del Ministerio y Consejo de Gobierno de la Marina.  En 1886 recibe la Gran Cruz de San Hermenegildo.  En 1888 participa en la comisión del Código Penal Marítimo y en agosto de 1889 es nombrado Comandante General de Puerto Rico.  En este puesto permaneció hasta marzo de 1891, fecha en que fue ascendido a contralmirante.  Como tal fue nombrado Director General de Personal.

 Portada de La Ilustración Española y Americana, de 15 de junio de 1895,  en la que se anuncia su nombramiento de Jefe del Apostadero de La Habana.


 
En 1895 vuelve a estallar la insurrección en Cuba.  Esta sería la última guerra de España por sus colonias de ultramar y terminaría con el famoso Desastre del 98 y la pérdida de las colonias.  El Gobierno, teniendo en cuenta los servicios prestados por Delgado Parejo en la anterior guerra de Cuba (recuérdese que sirvió como capitán de las fragatas Blanca y Gerona), confió el mando del apostadero del las Antillas al contralmirante Delgado Parejo.
Nuestro paisano se trasladó a Cuba el 30 de mayo de 1895.  A los pocos días toma el mando de su nuevo puesto e inicia una serie de acciones encaminadas a controlar la insurrección.  Una de ellas era la de erradicar el contrabando de armas de fuego que llegaban a los insurrectos a través de barcos procedentes de Estados Unidos.  Para ello se realizan patrullas nocturnas a lo largo de la costa.  Gestionó la compra de barcos que se convertirían en fundamentales para el apoyo a las fuerzas españolas en campaña (barcos hospital y de suministros)
La noche del 18 al 19 de septiembre de 1895 el contralmirante embarca, junto a sus ayudantes, en el Sánchez Barcáiztegui en una misión de reconocimiento.  Al salir del puerto de La Habana se produjo un accidente en la sala de máquinas del buque, debido (según parece) a que uno de los maquinistas metió un brazo entre las correas de la dinamo de uno de los motores.  El resto de la historia ya se ha podido leer en el recorte de El Imparcial.  Insertamos lo aparecido sobre su muerte y entierro en Diario de la Marina de 20 de septiembre de 1895 y reproducido por Aguilar y Cano en El Libro de Puente Genil:









 
D. Manuel Delgado Parejo fue enterrado con todos los honores militares en el cementerio de La Habana.  Relatan los periódicos de la época que llevaba trescientas coronas e iba escoltado por los miembros que se salvaron de la tripulación del Sánchez Barcaíztegui.  Se conserva una fotografía del cortejo fúnebre, aparecida en la revista La Ilustración Nacional, de 10 de noviembre de 1895.





DELGADO PAREJO Y PUENTE GENIL
 
Como ya se dijo al principio, Manuel Delgado pertenecía a una familia de Puente Genil.  Aunque su padre procedía de Arjona (Jaén), la familia materna si era pontana.   A pesar de haber ingresado con tan solo dieciséis años en la Armada y haber surcado los mares de todo el mundo, nunca perdió el contacto con Puente Genil.  No perdía ocasión para volver a su pueblo.  Este hecho es contrastable en los diversos periódicos de ámbito nacional en el que pide permisos para volver a su tierra.  De hecho, poco antes de ser nombrado contralmirante estaba vislumbrando una dorada jubilación en nuestro pueblo.  Aquí poseía por herencia familiar propiedades rústicas (olivares, dehesas, etc.).  Fue fundador y primer propietario de la fábrica de cal y yeso de San Luis, situada en ese pago de nuestro término municipal.  Según parece, formó una sociedad llamada La Amistad.  También se dedicó a la explotación aceitera, con molino propio en su cortijo de La Rentilla o San Luis.  Su presencia en nuestra localidad iba acompañada de banquetes, homenajes y eventos culturales.  En Pepita Jiménez, revista literaria de ámbito local fundada por José Contreras, se le rinde homenaje con la  emotividad del amigo del alma perdido.  Participó en el banquete  que, con motivo de la publicación de La Vida Inquieta, le hicieron sus amigos a Manuel Reina Montilla, con un elogioso brindis de honor.  Así aparece reflejado en el Diario de Córdoba de 8 de enero de 1895.
          





  Su muerte cayó como un jarro de agua fría en Puente Genil.  El ayuntamiento decidió poner el nombre de Contralmirante Delgado Parejo a una de sus calles principales, la calle Ancha y poner una placa en la casa consistorial.  En el salón de plenos, lo mismo que se hizo en su momento con Godínez, se colocó un cuadro similar al que se conserva en el Museo Naval.  Este retrato, según nos cuenta el cronista oficial de la villa de Puente Genil, Antonio J. Illanes Velasco, fue destruido durante los disturbios de la época de las Segunda República, ya que confundieron al Contralmirante con Primo de Rivera…  En la parroquia de la Purificación se celebró un solemne funeral cuyo relato en Pepita Jiménez de fecha 7 de octubre de 1895 insertamos:


 
            El heroico comportamiento de Manuel Delgado no pasó desapercibido para España.  A iniciativa de la colonia española en Nueva York, que lo compró por suscripción popular, se botó un cañonero al que se puso por nombre “Delgado Parejo”.  Este barco participó en la guerra hispano – cubano – norteamericana de 1898, siendo hundido por la escuadra estadounidense en el combate de Manzanillo.  Un honroso final para una embarcación que llevaba el nombre de uno de los más preclaros hijos de Puente Genil que antepuso el deber, el pundonor y la nobleza de corazón a la propia vida.
            Sus restos mortales, enterrados en el habanero cementerio de Colón, fueron repatriados a Puente Genil en los primeros años del siglo XX para que reposaran en el panteón que la familia Delgado Parejo poseía en el cementerio de Jesús Nazareno.  Al desmantelarse éste, sus cenizas junto con las de los demás miembros de la familia fueron depositadas en el enterramiento de D. Juan Delgado Bruzón.


 Fuentes de información: Hemeroteca Nacional, Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, Archivo Histórico Nacional, revista Fuerza Naval, El Libro de Puente Jenil, revista El Pontón, archivo particluar de las familias Morales Delgado y Delgado Carvajal.





lunes, 4 de junio de 2012

LOS HÉROES DEL MAR I: GUARDIAMARINA GODÍNEZ.


     Es curiosa la relación que existe entre Puente Genil y la Armada Española.  Para un pueblo de interior, contar con paisanos muertos en acto de servicio en la Marina es una cosa, cuanto menos, digna de mención.  Tres personajes componen esa lista de marinos ilustres: guardiamarina Godínez Miura,   contralmirante Delgado Parejo y capitán de corbeta Reina Carvajal.  De los tres, sólo Godínez murió en acción de guerra.  Los otros dos, aunque dieron su vida por España en acto de servicio, fallecieron por accidente.  A través de tres artículos voy a dar algunos datos, fotografías, etc., de estos héroes de Puente Genil.
               
GUARDIAMARINA GODÍNEZ 


El primero de ellos es D. Enrique Godínez Mihura.  Nació en Puente Genil el 4 de febrero de 1849.  Era hijo del magistrado D. Antonio Godínez y Zea y de Dª. María Josefa Mihura.  Según cuentan Aguilar y cano y Pérez de Siles, desde la más temprana edad demostró capacidad y valor, por lo que su padre decidió dedicarlo a la marina militar.  Tras terminar sus estudios en la academia naval, que entonces estaba en San Fernando (Colegio de la Isla de San Fernando se llamaba entonces), comenzó su periodo de prácticas como guardiamarina, saliendo a navegar en los buques de la Armada.  En esa situación se encontraba cuando se declaró la guerra entre España y las entonces denominadas repúblicas americanas del Pacífico (Chile y Perú en mayor grado y Bolivia y Ecuador en un segundo plano).


LA GUERRA DEL PACÍFICO
La que se llama en la historiografía española Guerra del Pacífico y en la de los países de Suramérica Guerra contra España, tuvo su origen en unos sucesos acaecidos en 1863.  El año anterior una expedición científico diplomática española enviada por el gobierno del general O’Donell, a la sazón jefe del gabinete de la Unión Liberal, comenzó una singladura por las costas del Pacífico Hispanoamericano.
En agosto de 1863 se produjo un incidente entre colonos españoles y un propietario peruano.  El colono Marcial Miller tuvo un encuentro con el hacendado Manuel Salcedo a cuenta de unas desavenencias en los cultivos que se plantaban en la hacienda Talambo.  Según parece, los colonos españoles cultivaban hortalizas y algodón y el propietario quería que sólo se sembrara algodón que era más rentable a sus intereses comerciales.  Hubo un cruce de amenazas entre ambos que no llegó a mayores.  Pero como el hacendado se sintió ofendido, mandó a algunos de sus colaboradores en busca de Miller.  Éste se encontraba reunido con otros colonos españoles.  De las palabras se pasó al uso de las armas con el resultado de un español y un peruano muertos, además de varios heridos.
Las noticias del altercado llegaron a la flota que hemos citado al principio.  El almirante Pinzón, que se encontraba en El Callao, recibió las protestas de la oficialidad de la armada española desplazada a la zona.  Como no hubo acuerdo, tras varios tira y afloja diplomáticos, la escuadra española ocupó las islas Chincha.  La noticia llegó a España.  Temiéndose lo peor, se formó una nueva escuadra compuesta por las fragatas de hélice Blanca, Berenguela, Villa de Madrid y Vencedora, a las que se unió la fragata blindada Numancia.
Tras varios encuentros diplomáticos, pareció aplacarse el conflicto.  Pero los ánimos estaban exaltados también en Chile.  Así, tras varios avatares político diplomáticos, en 1865 tanto Chile como Perú y las otras dos repúblicas (Bolivia y Ecuador) declararon la guerra a España.  Chile se había negado a abastecer a los barcos españoles y Perú había roto los compromisos adquiridos con España tras los incidentes de Talambo.
La escuadra española, dirigida por Pareja, tuvo un primer combate en Papudo.  En este hecho de guerra fue capturada por la alianza suramericana la fragata Covadonga.  A Pareja lo sustituyó Casto Méndez Núñez.  Éste fue protagonista de las batallas de Abtao, Valparaíso y El Callao (en la primera y última participó Godínez).  En el bombardeo de Valparaíso fue donde Méndez Núñez dijo la famosa frase “PREFIERO HONRA SIN BARCOS A BARCOS SIN HONRA”, ante las amenazas de las escuadras estadounidense y británica.
Tras el bombardeo de El Callao se entablaron negociaciones que terminaron con la paz firmada en Washington en 1871.


LOS HECHOS DE GODÍNEZ.
                Una vez establecido el marco histórico en el que se desarrollaron los actos heroicos de nuestro paisano, pasamos a describir los mismos.



 Fragata de hélice Villa de Madrid, en la que sirvió Godínez.

                Godínez partió con la escuadra española a bordo de la fragata de hélice Villa de Madrid como guardiamarina en prácticas.  Con la misma participó en el combate naval de Abtao (7 de febrero de 1866), en el que fue herido.  Debido a un cañonazo recibido en el casco, a la altura del cañón que  el guardiamarina dirigía, fue herido junto a otros once artilleros.  El parte de guerra decía lo siguiente:

<<Guardiamarina Godínez: herida de pulgada y media de estensión, profundizando hasta el hueso y situada en la cara exterior de la pierna izquierda en su parte media; herida y contusión en la parte anterior y media del muslo derecho, ambas clasificadas de no muy leves”>>

                Nuestro paisano, lleno de amor patriótico y con la moral de saberse vencedores en la batalla, escribió a su padre esta emotiva carta desde su convalecencia en la fragata Villa de Madrid:



                El 2 de mayo de 1866, en el mismo puesto que en Abtao, y aún no recuperado de sus heridas, participó en el bombardeo del puerto de El Callao.  Un cañonazo recibido en el casco, a la altura del cañón que dirigía, hizo que pereciera al mando de sus hombres.  Así lo describe la prensa de la época:

<< La lucha comenzó terrible: antes de que la fragata Villa de Madrid pudiese romper el fuego, recibió una granada de 300 libras, que, abriéndole enorme brecha, puso 35 hombres fuera de combate, matando la mitad, entre ellos, al guardiamarina Godínez, a quien arrancó la cabeza…
Este bizarro guardiamarina había sido herido en Abtao, y aún convaleciente ocupó su puesto en el combate del 2 de mayo.  Tuvo el presentimiento de que lo matarían, y tan profunda era su convicción, que antes de la lucha repartió entre sus compañeros de camarote todo su tabaco, sus libros y otros objetos diciéndoles: “Sé que muero en el combate, conservad esto en recuerdo mío”>>


                De esa forma, cumpliendo su deber como un valiente aun estando convaleciente de sus heridas, murió este joven de tan solo diecisiete años.  Su entrega y su valentía quedan reflejados en este recorte de prensa que relata los momentos previos al combate de El Callao
               



El almirante Méndez Núñez escribió al padre del guardiamarina una emotiva carta que recogieron los diarios nacionales:



 Carta aparecida en La Correspondencia Española.


                Una vez conocida la notica en España, diversos municipios rindieron homenaje al joven héroe.  Puente Genil no podía ser menos.  Así, el Ayuntamiento decidió poner su nombre a la hasta entonces denominada calle de la Cárcel y colocar un retrato y una lápida conmemorativa en el salón de plenos.  Ambos se encuentran hoy día en el despacho del alcalde.  Suponemos que fueron llevados allí tras la construcción del nuevo edificio municipal entre 1926 y 1927. 


 Cuadro de Godínez que adorna el despacho del alcalde de Puente genil (foto realizada por Paco Díaz).


 Además de estas muestras de reconocimiento, varios pontanos también hicieron homenajes por su cuenta.  Así, los condes de Casa Padilla organizaron una misa funeral en la iglesia de la Victoria por el eterno descanso de su alma.  Así lo describía la prensa de la provincia



Nota aparecida en el Diario de Córdoba, junio de 1866.





Nota en La Correspondencia Española


De esta forma Puente Genil rindió honores a un joven que supo dar generosamente su vida por España en una guerra absurda que no tuvo otro fin que querer mantener un prestigio y una honra que de nada sirvieron para solucionar los graves problemas de nuestra Patria.  La memoria de Godínez sigue viva vada vez que alguien en Puente Genil pasea por el casco histórico y dirige sus pasos a la tranquila calle que lleva su nombre.  Ojalá su memoria sea un recordatorio que nos avise de la estupidez humana a la hora de coger las armas para defender honra en lugar de vidas.

Termino con unass fotografías del barco de instrucción de la Escuela Naval de Marín que llevaba por nombre "Guardiamarina Godínez".  En los años 80 del pasado siglo se cambió su nombre a A - 83 Contramaestre Sánchez Fernández.  


Foto cedida por Emilo Reina Giménez





 Foto cogida de Eugenio.com