No cabe duda de que Miguel Romero es el poeta más recitado y cantado de los que han visto la luz primera o han vivido en Puente Genil. Tanto sus poemas como sus coplas y saetas coreadas son plato imprescindible en comidas de hermandad, cofradías o corporaciones. Es curioso que, salvo Manuel Reina, con los poetas pontanos se ha cumplido con creces el dicho de que nadie es profeta en su tierra. Rejano, por motivos políticos, marchó a Méjico. Ricardo Molina desarrolló su labor poética y literaria en Córdoba. La historia de Miguel Romero es conocida por todos.
Una de sus características como persona era el hecho de "no tener pelos en la lengua" a la hora de afear conductas o denunciar injusticias. De hecho, su enfentamiento con la clase dirigente fue lo que cavó su propia tumba. No reparó en que, en una época en la que funcionaba el llamado turno de los partidos, no era bueno criticar a todos, pues de eso dependía el trabajo. Y máxime para una persona que, como él, por su profesión de veterinario, estaba al pairo de las contratas que le hicieran los terratenientes a los que criticaba. Su adscripción política, miembro activo del Partido Conservador, fue virando a posturas más extremas, pasando al Integrista de Nocedal. Esto le hizo enemistarse con todos y, en especial, con el jefe local de los republicanos federales, José Esteban Delgado Bruzón.
En 1903 entró a formar parte de la nómina de los funcionarios municipales (como inspector de mercados) bajo el gobierno del Partido Conservador. Ejerció sus funciones hasta julio de 1905. En esa fecha una alianza de liberales y republicanos se hizo con el gobierno municipal. La primera medida que tomó el nuevo equipo fue cambiar los funcionarios. Por ello, cesó en su cargo Miguel Romero. A partir de entonces su vida profesional se convirtió en una continua peregrinación, ya que en Puente Genil no encontraba trabajo. Sierra de Yeguas en 1906, Herrera a partir de 1909 y, por último, Alcaracejos desde 1913, compondrán el itinerario de su "destierro". Desanimado, viendo cerca la necesidad de emigrar, en junio de 1905 escribe uno de los poemas más dramáticos de su producción literaria: Mucho te quiero perrito.... Pero, cosa normal en él, hace chiste de su desgracia. Así era, así sentía el humor negro.
Ofrecemos la versión original y autógrafa del poema, escrito en junio de 1905 y dedicado a D. Antonio Noguer Parejo. Nos fue cedido para copiarlo digitalmente por la familia Reina Campos, en enero de 2003 cuando preparábamos la obra Miguel Romero. Obra conocida
Ofrecemos la versión original y autógrafa del poema, escrito en junio de 1905 y dedicado a D. Antonio Noguer Parejo. Nos fue cedido para copiarlo digitalmente por la familia Reina Campos, en enero de 2003 cuando preparábamos la obra Miguel Romero. Obra conocida
<<MUCHO TE QUIERO, PERRITO:
PERO PAN,...POCO...POQUITO.>>
(Dedicado á mi distinguido y cariñoso amigo
Don Antonio Noguer Parejo).
Con pulgas de perro viejo,
Acrimonioso y gruñón
Canto de mi lira al són (sic)
Al señor Noguér Parejo.
Oiga de mi estilo viejo
La copla que me permito
Dedicarle, y por san Vito
Le juro estoy mareado
Al cantar con pié (sic) forzado:
<<-Mucho te quiero, perrito...>>
¿Creereis (sic) como cosa rara
que se malogre o se mate
el voluminoso vate
de la Plazuela de Lara...?
La vida cuesta muy cara,
Y si el lujo me permito
De vivir,
No hallo un bendito
Que en vez de darme cien duros
No exclame al ver mis apuros:
<<-Mucho te quiero, perrito....>>
Cien amigos labradores
Tengo, y dicen a diario
Que soy buen veterinario
Y amigo de los mejores;
Con epitetos (sic) y flores
Me lisonjan lo infinito;
Mas, si de ellos solicito
El favor de la herradura,
Respóndenme con frescura:
<<-Mucho te quiero, perrito....>>
Un pariente ricachón
Se me murió el otro día
Que dicen que me quería
Con todo su corazón;
Lo lloré con aflicción
Poniendo en el cielo el grito,
Y, cuando al fin ¡pobrecito!
El testamento se abrió...
Ni expresiones me dejó:
<<-Mucho te quiero, perrito....>>.
Tengo amigos tan leales
De la buena sociedad
Que a pesar de mi humildad
Por no tener dos reales,
Compadeciendo mis males
Me sacan de mi garito;
Mas si un favor necesito,
Cuando ven la punta al sable,
Dicen antes que les hable:
<<-Mucho te quiero, perrito....>>.
De mi musa retozona
Tengo mil apologistas
Que auguran láureas conquistas
En honor de mi persona.
Hay quien mis chistes pregona;
Hay quien me llama erudito,
Pero, si me extralimito
Pidiendo apoyo o dinero:
-¡Jesús que bruto es Romero!
<<-Mucho te quiero, perrito....>>.
Sepa, por si no se explica
Mi natural descontento
Que hasta en el Ayuntamiento
Entré por la puerta chica.
Mi vida en historia pica
Y a pesar de mi apetito
Es mi haber tan pequeñito
Que el debe está sobre el pan:
¡con razón dice el refrán:
<<-Mucho te quiero, perrito....>>
¡Suerte malaventurada!
¡mundo desequilibrado!
El día menos pensado
Hago una calaverada.
De virtud no tengo nada,
La pobreza es mi delito;
Solo el dinero es bonito,
Y como rico no soy
Me dicen por donde voy:
<<-Mucho te quiero, perrito....>>.
Sufriendo tanta inclemencia
Sin haberme muerto ya
No hay duda que por mi está
velando la Providencia.
¿De qué me sirve la Ciencia
si la fortuna es un mito...
¡Desde hoy se me importa un pito
ser gallego o andaluz,
dromedario o avestrúz (sic)
con tal que coma el perrito!.
20 –Junio 1905