lunes, 27 de junio de 2011

LOS SUCESOS DE NOVIEMBRE DE 1918.

                El de 1918 fue un año difícil para Puente Genil, en el contexto de un Mundo convulso azotado por la Gran Guerra (que tocaba a su fin) y la Influenza o pandemia de Gripe Española.  Ésta última asoló el planeta y se llevó por delante a cerca de 21 millones de personas, según dicen las estadísticas.  La enfermedad no se originó en España pese a ese nombre, sino en Estados Unidos, en marzo de 1918.  Pero debido a la censura que la guerra impuso a los bandos en contienda, sólo nuestro país, neutral en aquella gran carnicería, permitió que los periódicos hablaran abiertamente de víctimas y extensión del virus. 
La guerra fue responsable  del enriquecimiento de muchos empresarios e industriales que aprovecharon la ingente demanda de materiales y manufacturas para equipar y abastecer a los ejércitos.  Esa gran demanda provocó una extrema situación de penuria en las clases obreras y necesitadas, ya que las producciones se vendían a elevadísimos precios en el exterior y se desabastecía el mercado interior.  El poco producto que se ofrecía era caro y de bajísima calidad.  Hubo auténtica necesidad de géneros tan básicos en la época como el trigo, azúcar, carbón, lana, etc., es decir, elementos imprescindibles para la subsistencia de las clases trabajadoras e, incluso, medias.
                En Andalucía los jornaleros del campo se pusieron, lógicamente, en pie de guerra, pues los jornales que se pagaban (sobre tres pesetas y con alta proporción de destajo) no eran suficientes para adquirir los productos de primera necesidad.  Se convocaron huelgas por todos los rincones de nuestra región con resultados desiguales.  En el caso de Puente Genil la paz social se alcanzó cuando obreros y patronos se reunieron en una especie de sindicato unificado (parecido de lo que después sería el sindicato vertical durante el Franquismo) y cuyo precursor había sido el Círculo Católico de Patronos y Obreros que fundaran en 1903, entre otros, José Melgar Paladín, Francisco de Paula Ortega Montilla, nuestro inmortal vate Miguel Romero, etc.
                Pero para llegar a ese acuerdo hubo que pasar por situaciones de violencia extrema con el resultado de muertes.  O, más bien, la violencia dio lugar a que las partes en conflicto se pararan a reflexionar sobre la conveniencia de llegar a un acuerdo que iba a ser, a todas luces, beneficioso para unos y otros.  Todo esto ocurrió los días 5 y 6 de noviembre de 1918.  La síntesis de los acontecimientos fue la siguiente: hubo una serie de revueltas alentadas desde el Centro Obrero de Puente Genil (o lo que es lo mismo, desde la casa del pueblo del Partido Socialista).  Las mujeres de los obreros se hicieron partícipes de la huelga convocada, sacando por la fuerza a las sirvientas de las casas para que secundaran el paro.  Un incidente con la Guardia Civil (que se limitó a defenderse ante la avalancha que se le venía encima) provocó que los exaltados que siempre existen (lo hemos visto en las manifestaciones convocadas en mayo - junio de este año por los denominados “Indignados”) aprovecharan el revuelo para disparar.  El resultado fue un muerto, un obrero llamado Manuel García Pérez, y el cierre de la Casa del Pueblo de Puente Genil.  Aunque los obreros decían lo contrario, se demostró que la Guardia Civil actuó con mesura.  Prueba de ello es que Joaquín García Hidalgo Villanueva, líder socialista de nuestro pueblo, se desmarcó de la Casa del Pueblo y se dio de baja de la asociación socialista de Puente Genil, indignado por el manejo de líderes exaltados.  Gabriel Morón, el secretario general del Partido Socialista de Puente Genil, culpó al Alcalde de todo.  Se demostró que no tenía razón, en el momento en que se creó La Casa de Todos, asociación de carácter gremial que unió a patronos y obreros por algún tiempo.  Pese a todo, Morón publicó un panfleto incendiario en el que mostró su disconformidad con las medidas tomadas por la autoridad.
Transcribo lo relatado por D. Baldomero Giménez en El Aviso de fecha 6 de noviembre, en el que publicó un especial con la secuencia de los hechos:

LOS SUCESOS DE AYER.
No nos ha sorprendido.  No hace mucho tiempo lo decíamos ene estas columnas: cualquier día es bueno para que en las calles de Puente Genil se derrame la sangre.  Ya se ha derramado; ya estarán satisfechos los directores del movimiento.
Y como dijimos que sucedería, se pretenderá ahora echar la responsabilidad a la fuerza pública; pero como testigos oculares que hemos sido de la refriega, honradamente declaramos que jamás hemos visto a la fuerza pública ni más comedida ni más reacias en adoptar resoluciones extremas.
Desde que anteayer por la mañana comenzaron los escándalos, presumíamos que algo grave iba a pasar, y tenemos el sentimiento de haber resultado profetas.
Y es que cuando se pretende traspasar los límites del derecho empleando la fuerza se puede suponer y augurarlo todo.
El martes por la mañana nutridos grupos de mujeres, empleando el más grosero de los lenguajes, de grado o por fuerza, y de casa en casa, pretendían y lo lograban en muchas, sacar a las criadas para que por la fuerza solidarizaran con los trabajadores del campo que, así como otras veces han tenido a su lado gran parte de la opinión, en la ocasión presente les faltaba ambiente, porque han pretendido imponerse de una manera tan arbitraria como mal dirigida.
Las autoridades y la fuerza pública, lograron hacer desistir de su actitud a las mujeres y, aparentemente se calmaron los ánimos.
Por la noche e reunieron los propietarios y nos aseguran que le dieron al Sr. Alcalde un voto de confianza para que se entrevistara con los obreros y cambiaran impresiones y expusieran sus deseos.  Los obreros pidieron un permiso que les fue concedido para celebrar un mitin.  Cuál no sería la sorpresa del público, cuando ayer de mañana comenzaron nuevamente a ejercer coacciones las mujeres, y estos actos fueron los que ocasionaron la catástrofe.
Según nos aseguran, en la calle Madre de Dios había un buen número de mujeres coaccionando a las criadas, cuando acertó a pasar una pareja de la Guardia Civil montada, a la cual insultaron las mujeres, y, la pareja, por prudencia, después de un simulacro de carga, se trasladaron a la calle de D. Gonzalo; pero como circuló la noticia de que había sido herida una mujer, hombres y mujeres bajaron del barrio alto, por la calle de Romero unos y por la Calzada otros, cogiendo en medio a la mencionada pareja que se vio entre dos fuegos, y ante los insultos y frases soeces de las mujeres e increpaciones de los hombres, se vieron precisados los guardias a hacer fuego, disparando al aire los Máusers.  Y decimos disparando al aire, porque si los guardias hubieran disparado a los bultos, hubiera quedado sembrada de cadáveres la calle de D. Gonzalo.
Pero como por muy buenos deseos que haya por parte y parte, es imposible mantener un criterio constante, en tales condiciones, una bala alcanzó a un revoltoso, quien se encuentra moribundo en el momento que escribimos las presentes líneas.
Según uno de los médicos que lo han asistido es imposible que viva, pues tiene el muslo derecho atravesado por un balazo que le produjo una grande hemorragia.  Tiene fracturado el hueso y una importante vena, y en opinión de los médicos es muy difícil que se salve.  También hay otra mujer herida.  La precipitación con que escribimos estas letras nos han impedido averiguar los nombres de los heridos.
El Centro Obrero ha sido cerrado y se nos asegura que una comisión ha ido a Córdoba para protestar de la arbitrariedad del cierre; pero esto no debe ser verdad, pues por muy torpes que sean los directores de ese centro, deben de saber que el Alcalde tiene autoridad suficiente para cerrarlo, y más en las circunstancias actuales.
Para hoy a las diez hay citada una comisión de obreros para que exponga sus deseos y ver la manera de solucionar el conflicto.  Pero nosotros preguntamos ¿qué conflicto?
Hasta el presente nadie sabía que hubiera huelga.  Solo hemos sabido que grupos de mujeres coaccionaban a las sirvientes para que abandonaran las casas donde prestaban sus servicios, y que debido a la actitud levantisca de esas mujeres, amparadas y acaso alentadas por los hombres, ha estallado la catástrofe que ha costado la vida a un hombre (porque seguramente habrá muerto cuando el presente llegue a manos de nuestros lectores) que ha señalado una página sangrienta la Historia de nuestro pacífico y honrado pueblo.
Los que solo odios y rencores tienen para todo el mundo, pueden estar satisfechos.  Han logrado lo que se proponían, sin obtener un positivo beneficio, pues lejos de sumar elementos a su causa, impopular en esta ocasión, se les restarán importantes factores que ya han tomado (nos consta) la determinación de separarse del Centro Obrero, dando con esto un voto de censura a los que tronando a diario contra los atropellos e injusticias, se convierten en injustos atropelladores cuando lo estiman conveniente.
Hemos visitado el lugar de la colisión, y hemos podido ver en la calle Delgado Parejo, en la casa de D. Luis Leiva Morales, un balazo que atravesó la persiana del primer balcón; otro que entró rompiendo los cristales de la parte inferior del cierro del balcón segundo, y un tercer balazo grabado en el quicio de la puerta de la accesoria.
En la misma fachada y a medio metro de la puerta de D. Francisco Reina Montilla hay la huella de otro balazo que por los vestigios se supone de un proyectil de grueso calibre.
A la hora que escribimos estas líneas (diez de la noche) reina absoluta tranquilidad.
Veremos qué sucederá.  Ojalá no ocurra nada.

A continuación reproduzco el documento publicado por la Casa del Pueblo de Puente Genil, firmado por Gabriel Morón:

 NOTA: PARA VER BIEN ESTE DOCUMENTO, PICAR SOBRE E MISMO UNA VEZ.  CUANDO APAREZCA EN UNA VENTANA APARTE, VOLVER A PICAR.

Continuará
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
- Díaz del Moral, J; Las agitaciones campesinas del período bolchevista 1918-1920.  Editoriales Andaluzas Unidas, Motril, 1985.
-  Ubieto, Reglá, Jover, Seco; Introducción a la historia de Espana, Teide, 1986.
/ Gimenez Luque, Baldomero, El Aviso de 6 de noviembre de 1918.

viernes, 10 de junio de 2011

ESCENAS DE LA RETAGUARDIA DURANTE LA GUERRA CIVIL

             Además de controvertido, por las reacciones y sensibilidades que puede “mover”, el tema de la Guerra “Incivil” de 1936 1939 es apasionante desde el punto de vista histórico.  Aunque todavía es pronto para hacer una revisión seria y escribir de forma veraz y apartidista sobre los sucesos acaecidos en Puente Genil (todavía hay personas que tienen cicatrices y malísimos recuerdos de esa aciaga época), sí es hora de ir acumulando material archivístico para que, dentro de unos años, los historiadores tengan una base científica y suficientes datos para hacer una reconstrucción fidedigna de los hechos sin que en la misma haya “buenos y malos”.
                Puente Genil, por su estructura social y económica, sufrió los horrores de la represión más que los propios de una batalla en regla.  Por ambos bandos.  Por el Republicano durante los diez últimos días del mes de julio de 1936 (tiempo en el que un numeroso grupo de milicianos de distinta extracción vino de Málaga y horrorizó con sus crímenes, robos, quema de templos y de patrimonio, etc.).  Por el rebelde, a partir de esa fecha y hasta bien entrada la década de los cuarenta.  Diez o doce años en los que los fusilamientos indiscriminados, primero, y los encarcelamientos y deportaciones, después, sembraron la injusticia, la desolación, el desamparo y el miedo en muchas familias de nuestro pueblo.
                Ya publiqué hace tiempo el relato de la toma de Puente Genil por los republicanos el 20 de julio del 36 y por la columna de comandante Castejón el 1 de agosto de ese año.  Una vez afianzado el poder de los “Nacionales” en la zona, comenzó a funcionar la maquinaria del nuevo Régimen en el que, en un principio, y tras el Decreto de Unificación de Falange Española de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) y de los Tradicionalistas, comenzó a llevarse a cabo la revolución social y económica que predicara José Antonio Primo de Rivera, el Gran Ausente, como era denominado.  Esta revolución comenzaría por la integración del proletariado en los sindicatos verticales para acabar con la lucha de clases y un amplio programa de reformas sociales que alcanzaron su desarrollo (con mayor o menor acierto, según los casos) una vez terminada la guerra.
                Los casi tres años que duró la contienda fueron, como en el resto de las dos Españas, duros para nuestro pueblo porque aún estaban sangrantes las heridas de la lucha que ya hemos comentado del verano del 36, eran constantes las denuncias injustificadas (muchas veces por afán de venganza), angustiosas las noticias que llegaban del frente y muchas las carencias provocadas por la lógica “economía de guerra”.  Hay que apuntar dos cosas con respecto a estos dos últimos temas.  Primero, que aunque los años de la guerra fueron de escasez, cuando ésta se notó realmente fue al terminar la contienda por razones que no entran en este artículo.  Y segundo, la mayoría de los hijos de Puente Genil sirvieron, por lo menos al principio del Alzamiento, encuadrados en el Primer Batallón Bandera de F.E.T. de las J.O.N.S. de Córdoba, la denominada “Bandera de López Tienda” (este militar, Joaquín López Tienda, era el teniente coronel jefe de la 2ª Media Brigada de la 22 División) , que desarrolló sus acciones bélicas en la zona de Los Pedroches.
                Pero las penas de la guerra habían de enjugarse, desde el punto de vista de los nuevos gobernantes, con el ardor patriótico y la exaltación de los valores heroicos y de culto al Caudillo y a José Antonio.  En todos los pueblos se crearon las distintas unidades y jerarquías de FET de las JONS: Frente de Juventudes (flechas y pelayos) para los niños, Sección Femenina para las mujeres y Central y Junta de Ofensiva Nacional Sindicalista para los hombres.  Se organizaron, entre otros,  bandas de cornetas y tambores, servicios de auxilio social,  de gestión municipal y de prensa y propaganda (este último fue creado por el General Millán Astray  que también fundó desde ese cargo Radio Nacional de España).  Las actividades de cada uno de estos servicios, que dotaban a la retaguardia de un engranaje para que la máquina funcionara para ganar la guerra, se revestían de parafernalia, pompa y boato.  Cualquier ocasión era buena para exaltar al Caudillo, a la bandera, al ideario de José Antonio.
                La mejor forma de adentrase en ese mundo es leyendo la prensa de la época.  Desde principios de la guerra comenzaron a publicarse periódicos y revistas de carácter propagandístico en los que se relataban los avances bélicos, los actos sociales de la localidad, etc.  En Puente Genil se fundó, en el otoño de 1936, AMANECER, Órgano de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que tenía periodicidad semanal.  Este periódico es una buena fuente en la que encontrar respuesta a la pregunta de cómo vivió Puente Genil los años de retaguardia.  El 6 de junio de 1937 se celebró, con toda solemnidad, “El Día de la Falange” en Puente Genil.  Amanecer dio cumplida cuenta del acontecimiento.  Hubo desfiles, misas, bendiciones, discursos, etc.  La lectura de este artículo nos transporta a un tiempo en el que los protagonistas eran nuestros abuelos y bisabuelos.  En el mismo aparecen nombres que todavía nos son, aunque en la lejanía, familiares.  Y se nombra a personajes que han alcanzado en nuestra historia cultural justa fama.  Os invito a que leáis este interesante documento que recibí en una colección de revistas antiguas de nuestro pueblo procedentes de mi tío Francisco Morales Delgado, dueño de la fábrica de aceites y hacienda Santa Elena.
                Se muestran, además del artículo, varias fotografías de los actos.  Especial atención hay que prestar a la que refleja el momento del desfile de los flechas y pelayos por la calle de la Plaza, en la que se ve en primer plano la casa de los Cristalitos íntegra y cómo el pueblo saluda brazo en alto al paso de las centurias.  Éstas iban precedidas por la banda de cornetas y tambores que dirigía el polifacético músico José Arcos Cosano, autor, entre otras de La Matraca y Enriquetilla.  Doy por bueno este dato sobre Arcos, toda vez que me lo facilitó una persona que vivió en primera persona la fundación de esa banda: Joaquín Ruiz Millán.  Su testimonio sobre distintos aspectos musicales de nuestra historia local ha sido contrastado en numerosas ocasiones y ha sido siempre fidelísimo reflejo de lo acontecido.







 

 Desfile de las Centurias por la calle de la Plaza. A la izquierda, la casa de Los Cristalitos


Autoridades presentes en el acto






BIBLIOGRAFÍA:
-           Ubieto, Jover, Reglá, Seco.  Introducción a la Historia de España, Barcelona.  Teide, 1986.
-           Semanario Amanecer, Órgano de la Falange Española Tradicionalista de las JONS, Puente Genil, 1936 a 1939.
-           Losada Campos, A.  Historia de la Villa de Puente Genil.  Madrid, Ediciones Castilla, 1971.

               

domingo, 5 de junio de 2011

BANDA MUNICIPAL NECESITA DIRECTOR


            Las consecuencias de la terrible riada de 1963 fueron inimaginables.  Aparte de las consabidas pérdidas materiales, supuso, como han comentado varios historiadores locales, la puntilla definitiva para el barrio histórico de Puente Genil.  Perdió su antigua hegemonía demográfica y social frente al moderno y funcional ensanche que se inició en el Romeral a partir de las primeras décadas del siglo XX.
                La cultura es un lujo que surge cuando las necesidades perentorias están cubiertas.  No vamos en este blog a fundamentar esta afirmación que se defiende, por lógica, por sí sola.  Por tanto, cuando la economía no funciona, uno de los primeros “damnificados” por los recortes es el mundo de la cultura en general.  Eso fue lo que ocurrió en La Puente en 1963 cuando, sin previo aviso, los músicos que componían la Banda Municipal recibieron un escrito oficial como el que se muestra a continuación.



                Sí, la dificilísima situación económica hizo que el Ayuntamiento decidiera eliminar la banda de música que tanto prestigio había dado a nuestro pueblo.  Una banda que nació en los albores de la Revolución Gloriosa y que fue enterrada el 31 de julio de 1963 con el pleno municipal a que se hace referencia en el escrito.  Por el cargo de director habían pasado músicos de diferente valía y especialidades.  Y todos, salvo el primero, habían llegado avalados por méritos musicales suficientes y el rigor de una oposición (Manuel Medina, primer director que consta en las actas capitulares, fue elevado a tal cargo sin ningún tipo de concurso - oposición).
                Esta afirmación da pie al documento que es el motivo de este artículo.  En 1929, tras varios años de interinidad en el cargo de Jesús Gant Pineda, nuestro ayuntamiento decidió convocar oposiciones a director de la banda.  Para ello publicó en los periódicos las bases de la oposición que se celebró en Córdoba.  A continuación se pueden ve las bases, aparecidas, entre otros, en el Boletín Musical de Córdoba de enero 1929.



Tras reñida oposición, a la que se presentaron cuatro candidatos, obtuvo el puesto D. Rafael de la Torre Brieva, uno de los mejores músicos que han pasado por Puente Genil.  Su labor como director fue más allá de la Banda Municipal.  Bajo su batuta florecieron las estudiantinas y coros en la época del gran florecimiento del Carnaval de Puente Genil.  Sobre su biografía, obra y logros se puede estudiar en la obra que, con motivo del L aniversario de La Espina, publicamos sobre distintos aspectos de la historia de la Semana Santa de Puente Genil.  A continuación ofrezco algunos recortes de prensa en los que se puede ver el prestigio que de la Torre tenía.   

 D. Rafael de la Torre Brieva

Recorte de prensa Diario de Córdoba


Recorte de prensa del Diario de Córdoba


                En próximos artículos publicaré más datos y documentos sobre la Banda Municipal.  Mi más sincero agradecimiento a Antonio García García, archivero municipal de Puente Genil por todos los documentos que me ha facilitado y a Rafael Bedmar López que me dio una copia del documento de disolución de la Banda.

BIBLIOGRAFÍA:
- Varios autores.  Medio siglo de Semana Santa en Puente Genil: 1959 - 2009.  Diputación de Córdoba, 2009.
- Diario de Córdoba.  Enero y febrero de 1929.
- Boletín musical de Córdoba.  nº 11 enero de 1929 y nº 12 febrero de 1929.
- Semanario El Aviso, marzo de 1929.
-Archivo Municipal de Puente Genil - Servicio de Gestión Documental - Plan de Choque 2000 2001, Banda Municipal de Música 1914-1963. 

domingo, 22 de mayo de 2011

DEFENSOR DE LOS INTERESES COMERCIALES, INDUSTRIALES Y AGRÍCOLAS DE ESTA ZONA.

               
               Con esta coletilla se presentaba ante el público, el 2 de mayo de 1911, el semanario independiente El Aviso.  Por tanto, se están cumpliendo en este mes de mayo los cien años de la aparición de ese proyecto editorial que pergeñara, tras varios intentos, D. Baldomero Giménez Luque.
                La historia del primer tercio del siglo XX en Puente Genil está ligada, indefectiblemente, a la figura de Don Baldo, como cariñosamente era conocido.  Para hablar de su semanario habría que estudiar la figura, la psicología de este pontanés de adopción que, a través de su negocio, con una altura de miras rayana a veces en la candidez, llenó de logros económicos, sociales y culturales el Puente Genil de estos principios de la pasada centuria.
                Sus datos biográficos han quedado un poco difusos por el paso del tiempo y no haberse dejado reflejo escrito de su trayectoria.  Las pinceladas que mostramos están sacadas de las investigaciones de Antonio Illanes Velasco, cronista oficial de la Villa, una de las personas que mejor conocen la historia de Puente Genil.  Los datos fueron publicados en nuestra revista, El Pontón, nº 200.  Según cuenta Illanes, D. Baldo nació en Vélez Málaga en 1872.  Tras largas vicisitudes, pues quedó huérfano de padre y madre a corta edad, recaló en Puente Genil.  Creemos que comenzó su andadura como colaborador en el semanario republicano federal La Bética, que fundó en 1903 D. José Esteban Delgado Bruzón, líder del republicanismo federal en nuestro pueblo.  Y es que en La Puente existía en la etapa finisecular del XIX una extensa lista de republicanos ilustrados de la talla intelectual e industrial del citado Delgado Bruzón, Justo Estrada Haro, Leocadio Santaella, Andrés Carvajal Villalba, Manuel Rey Cabello, etc.  Fue concejal en nuestro ayuntamiento por este partido republicano en varias ocasiones.  Aunque nunca dejó de tener una intimísima amistad con Bruzón, sus ideas se fueron moderando con el paso de los años.  Su participación en la creación de la Escuela Municipal de Artes y Oficios, un centro adelantado en su tiempo y modelo en toda la provincia, fue fundamental.
                D. Baldomero Giménez se casó con una pontanensa, Encarnación Morales Pérez, profesora de primera enseñanza, con la que tuvo dos hijas: Laura y Concepción.
                Aproximadamente en la segunda parte del primer decenio del siglo XX, funda su imprenta, La Estrella, situada en la calle de la Plaza, desde la que desarrolló la intensísima labor periodística, cultural y social que ya hemos apuntado.  El dato de la fecha de apertura lo ofrecemos con la debida cautela y basándonos en el hecho de que La Bética no se imprimía en su tipografía, a pesar de ser miembro activo del partido y amigo íntimo del director.  Como fue fundada en 1903, seguramente en ese año no había abierto aún La Estrella.  Hasta 1911, año de aparición de El Aviso, desarrolló la labor periodística en Diario de Córdoba, Diario Liberal y El Defensor de Córdoba.
                Entre sus actividades literarias, aparte de estas colaboraciones periodísticas, están la fundación de Los Amigos del Libro, Juventud y Cultura, El Parnasillo, etc.  Creó con jóvenes de la localidad (entre los que podemos citar a artistas tan preclaros como Juan Rejano, José Cabello o Pérez Carrascosa) una sociedad teatral que puso en escena distintos sainetes y obras, canalizando las primeras inquietudes de estos poetas.  Además hay una faceta bastante importante y olvidada: su producción literaria propia, compuesta por comedias, poemas, alguna novela y estudios sobre aspectos históricos de Puente Genil.  Cabe destacar El hombre y el oso,  El maestro chapetas, El tigre negro, Plutón y El cuento de la viuda, en cuanto a comedias;  La Traviesa, en cuanto a novelas; Efemérides pontanensas y Almanaque guía de Puente Genil para 1915 son sus otros estudios.
La imprenta La Estrella no se dedicó exclusivamente a la labor de impresión de El Aviso y estas obras.  Desarrolló una labor editorial encomiable para la época.  De sus prensas salieron La voz de Lucena, Semana Santa en Puente Genil (de Miguel Romero), varias de las obras de Agustín Aguilar y Tejera (Romancerillo del campo y Romancerillo sentimental, entre otras), etc.  Don Baldo fue nombrado, por esta intensa labor en pro de la cultura, académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba.
El Aviso fue un proyecto que nació con la idea de defender la economía y la cultura de Puente Genil.  Desde sus inicios, Don Baldo tuvo clara la línea editorial: dar ideas, propiciar encuentros, promover iniciativas, hacer suscripciones, …, es decir, dar oportunidades para que los distintos estamentos de la época dieran lugar al desarrollo de Puente Genil.  Siempre escribió desde una postura absolutamente moderada y equidistante de todas las ideas.  Y en las páginas del semanario cupieron todas las opiniones, siempre desde el respeto y la educación.  Creemos, sin temor a equivocarnos, que El Aviso fue un modelo de lo que debería haber sido el ambiente para que España no se encaminara al desastre en que desembocó la Segunda República.  Plumas como las de Julio Montilla, Leopoldo Parejo, Narciso Díaz, Gabriel Morón, Juan Rejano, Rodolfo Gil, Aguilar y Tejera, Cabello y Cabello, Pérez Carrascosa, etc., dejaron su impronta literaria. 
Otro aspecto importante de la revista fue el histórico, pues a través de sus páginas se fueron recogiendo algunas pinceladas del pasado de nuestro pueblo, sobre todo a partir de la segunda mitad de la década de 1920 en la que dedica unas páginas todas las semanas a reordar hechos de la localidad.  Y el de la sociedad de la época pues semanalmente aparecían las notas sobre bodas, natalicios, defunciones, logros académicos, etc.
Aunque El Aviso siguió publicándose un año, la muerte de D. Baldo, el 5 de mayo de 1929, supuso una barrera casi infranqueable pues con él murió el espíritu de conciliación, altruismo y altura de miras, además de iniciarse una época en la que las agitaciones políticas, la diversidad y radicalización de las ideas hizo que estallara una multitud de publicaciones de efímera vida que quitaron una parte importante de lectores y de negocio a El Aviso.
En la actualidad esta publicación se encuentra colgada en la página web del Ministerio de Cultura: http://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/busqueda.cmd.  La pena es que sólo hay una pequeña parte de la colección y, además, de forma bastante deslavazada pues ni los meses ni los años están completos.  Sería conveniente que, de una vez por todas, nuestra delegación municipal de Cultura iniciara el proyecto de recopilación, recuperación y puesta en valor de todo el patrimonio periodístico de nuestra localidad.






- El Pontón, Órgano de difusión de la Asociación Cultural Amigos de Puente Genil.  Nº 200 - Julio-agosto de 2004.
- Mundo Gráfico.  Revista Popular Ilustrada.  Ejemplar del 30 de abril de 1913, pág 5.  (fotografía de D. Baldo).
- El Aviso.  Semanario Independiente.  Imp La Estrella.  Puente Genil, 2 de mayo de 1911.
- Página web del Ministerio de Cultura:     http://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/busqueda.cmd.







miércoles, 11 de mayo de 2011

LA ONOMÁSTICA DEL REY.



             Hace unos días vi, en el foro de Puente Genil que hay establecido en internet, entre otras muchas, una foto de un acto en el Romeral.  Por no aventurarme a errar en mis comentarios, pues la foto la tenía documentada desde hace algunos meses, no quise contestar al amigo que la colgó.  Ahora, tras consultar los archivos y refrescar la memoria, quiero explicar cuándo y por qué se tomó esa instantánea.
                Para empezar, habría que decir que la misma es de febrero de 1924.  Y comienzo diciendo la fecha porque ese dato explica todo lo demás.  Es la época en que estaba dando sus primeros pasos la Dictadura o Directorio Militar del general Miguel Primo de Rivera,  Marqués de Estella que, cuando ocupaba el cargo de capitán general de la Región Militar de Cataluña, dio un golpe de estado con el beneplácito se S.M. D. Alfonso XIII, el 13 de septiembre de 1923.
                Entre las ideas de Primo de Rivera para regenerar la vida económica, política y social de España estaba la de convertir nuestra nación en una especie de gran cuartel militar.  Así, cinco semanas después del golpe de Estado, el Directorio Militar instituyó la figura del delegado gubernativo para asistir a la Dictadura en su labor regeneradora de la vida nacional, destruir las redes caciquiles locales e impulsar «en los pueblos las corrientes de una nueva vida ciudadana».  Elegidos entre jefes y capitanes del Ejército, los delegados gubernativos fueron puestos bajo mando directo de los gobernadores civiles, cargos estos, a su vez, ocupados por generales desde el comienzo de la Dictadura y dependientes del subsecretario de Gobernación y número dos del régimen, el general Severiano Martínez Anido. Las directrices de Primo de Rivera y Martínez Anido a los oficiales denotan que desde un principio se combinó el intento de destruir las viejas redes políticas locales con un ambicioso plan de «educación ciudadana». Así, los delegados recibieron órdenes de desmantelar los ayuntamientos y perseguir a los caciques, pero también se les asignó la creación del Somatén, grupos de Exploradores, asociaciones gimnásticas y sociedades culturales para hombres y mujeres en las localidades que tenían bajo su jurisdicción. Los delegados, además, tenían la obligación de intentar disminuir las tasas de analfabetismo y organizar «conferencias patrióticas» en las que se promovieran las virtudes y tradiciones de la raza hispana, el deber de defender a la patria, la veneración al Jefe del Estado, el respeto a la autoridad, el amor a la naturaleza y la obligación de pagar impuestos.  En toda esta «misión educativa» encaminada a fortalecer «el alma y el cuerpo del ciudadano» se recomendaba a los Delegados recabar la colaboración de «maestros, sacerdotes, médicos y hombres buenos y cultos».  Decidido a que la acción de los oficiales llegara hasta el último rincón del país, Primo de Rivera asignó un delegado gubernativo a cada partido judicial y, a principios de diciembre de 1923, un total de 523 delegados estaban repartidos por toda España.  La efectividad de los delegados en la destrucción de las viejas redes políticas está fuera de toda duda, en lo que respecta a la labor «educativa» de los militares encontramos más sombras que luces. Para transmitir a los ciudadanos la idea oficial de España, los delegados utilizaron las mismas técnicas pedagógicas que en el cuartel, combinando teoría y práctica. De una parte, los Delegados organizaron en sus partidos judiciales las denominadas «conferencias patrióticas», actos propagandísticos en los que se explicaba el concepto de España, las «grandezas» de su pasado imperial y su inminente resurgir de la mano del «caudillo» nacional. De un modo complementario, los oficiales se mostraron muy activos en la promoción de celebraciones patrióticas, como la Fiesta de la Raza, la Fiesta de la bendición de la bandera del Somatén o la Fiesta del Árbol, con las que se pretendía integrar de un modo participativo al conjunto de la población en rituales nacionalistas.
                Todo lo explicado viene a cuento porque esta última idea, la de promocionar las fiestas de carácter patriótico, es lo que refleja la foto que comentamos.  La exaltación del Jefe del Estado, el rey Alfonso XIII, se llevaba a cabo, de entre otras maneras, celebrando solemnemente su onomástica.  Ese día en Puente Genil se combinó el acto de exaltación a la enseña nacional, la bandera roja y gualda, con el homenaje al rey.  Para ello, el Delegado Gubernamental decidió que en el paseo de El Romeral se izara una gran bandera de España en honor de su Majestad.
                Al acto asistieron, además del pueblo en masa, las autoridades locales: el alcalde, D. Hipólito Reina Padilla; el juez municipal, D. Fernando Cortés Gálvez; el capitán de la Guardia Civil, D. Julián Acedo Hernández y el párroco regente de la Purificación, D. Juan Lucena.  El acto estuvo presidido por el delegado gubernamental, que era el capitán del arma de Caballería D. Francisco Corrales Gallego.  La foto, aunque de no demasiada calidad, nos muestra el instante en el que un soldado iza la bandera mientras los capitanes Corrales y Acedo hacen el primer tiempo del saludo militar y las demás autoridades están en posición de firme.   Tras estas autoridades se puede atisbar a los miembros de la banda municipal (que en esa época dirigía Jesús Gant Pineda) en lo que debía de ser la interpretación de la Marcha real.
                Aparte del acto en sí, podemos ver un Romeral muy distinto al que recordamos en las últimas décadas.  Así, debido al desnivel que existe entre la acera de la derecha y la que pega con la calle Horno, había un muro de piedra con barandillas del mismo estilo que las del paseo del río.   Este paredón producía (o al menos en la foto así lo parece) un efecto óptico de un gran desnivel entre ambos lados del paseo.
                Según cuenta Luque Estrada, en cuya obra Puente Genil, 82 años de historia: 1900 - 1982 aparece la foto, el paseo del Romeral se construyó en 1921, cuando era alcalde D. Antonio Romero Jiménez (de ahí su nombre).  En mayo de 1950 se inauguró la reforma que hizo que desapareciera el muro y se convirtiera en un paseo con varios niveles ajardinados, configuración que, grosso modo, se conserva en la actualidad, aunque desde esa época hay sido sometido a varias reformas.
                La fotografía que hemos comentado apareció publicada en la revista Mundo Gráfico, Revista Popular Ilustrada, de fecha 6 de febrero de 1924.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Giménez Luque, Baldomero.  Revista El Aviso.  Puente Genil, 1924.  Imp. La Estrella, nº de febrero de 1924.
Luque Estrada, F., Puente Genil 82 años de historia: 1900 – 1982.  Puente Genil, 1989.  Gráficas Soyma, págs..223 y sigu.
Mundo Gráfico.  Revista ilustrada, Madrid, 1924.  Ejemplar del 6 de febrero de 1924, p. 18
Ubieto, Reglá, Jover, Seco.  Introducción a la historia de España.  Barcelona, 1986, Ed. Teide.

jueves, 5 de mayo de 2011

MANIOBRAS DE LA CRUZ ROJA


               En varios foros, de los muchos que funcionan en facebook, he visto publicadas fotos antiguas de Puente Genil.  Todas ellas son de gran interés e importancia histórica.  Pero, a pesar de la buena voluntad de las personas que generosamente las suben para que todos podamos disfrutar de ellas, hay un problema importante: en la mayoría de las ocasiones pierden casi el ciento por ciento de su interés por no llevar un comentario que aclare la época, los personajes que aparecen, el por qué de la toma, etc.
                En alguna ocasión he comentado algunas de las que he visto, pero sería imposible andar todo el día intentando contestar o aclarar a los diferentes y generosos internautas que ofrecen lo que encuentran en archivos y páginas web.  Por eso, y como casa perfectamente con el sentido de este blog (dar luz a archivos históricos de Puente Genil) iré sacando a la luz fotos de las muchas que, a lo largo de los 25 años de la revista El Pontón, hemos ido publicando y otras que tenemos datadas y catalogadas. Y también por aquello de que una imagen vale más que mil palabras y es una buena forma de atraer lectores a nuestro blog.
                Las primeras imágenes que quiero colgar y comentar están publicadas en varios medios.  Entre ellos, el libro Puente Genil, 82 años de historia, de Luque Estrada.  También las he visto en una colección de imágenes que hay en la sede local de la Cruz Roja.  Se trata de las primeras maniobras que, el 3 de junio de 1928, realizaron conjuntamente el cuerpo de los voluntarios de la Cruz Roja local y el de los Bomberos.  Este hecho fue recogido fielmente por D. Baldomero Giménez en su semanario El Aviso.  En lugar de mostrar el original del periódico, transcribimos lo que relató este periodista local…

MANIOBRAS
<< El domingo 3 del que cursa, por la madrugada, marcharon a Campo Real todos los individuos que constituyen el cuerpo sanitario de la Cruz Roja y el de Bomberos, mas la Junta Directiva y algunos invitados, entre los que tuvimos el gusto de contarnos, al objeto de realizar las maniobras que son indispensables a ambas instituciones, para adquirir la práctica necesaria, que les permita, en un momento dado, desempeñar con acierto sus funciones.
Además del material de incendios, fue llevada la nueva y preciosa camioneta que expresamente para las Ambulancias de la Cruz Roja ha sido construida, con capacidad para dos Camillas, y espacio suficiente para las personas que puedan ir al cuidado de heridos y enfermos.
Las maniobras se efectuaron en la finca Nuestra Señora del Carmen, propiedad de D. Manuel Delgado Delgado, cedida, graciosamente, para el objeto, por su propietario.  D. Francisco Aguilar Montilla, fue el encargado de instruir a los individuos en las marchas y evoluciones de sabor militar, el más apropiado para la buena organización y disciplina del cuerpo.
El practicante D. Manuel Cejas Serrano instruyó a los individuos de las Ambulancias de la Cruz Roja en las operaciones de vendajes y curas de urgencia, en su aspecto elemental que es el suficiente para lo que puedan necesitar los camilleros.
Se hicieron prácticas con la escalera y demás material de salvamento y extinción.
Por la tarde en el tren carreta de Lucena regresaron al pueblo, y su desfile por las calles principales resultó brillantísimo, elogiando todo el mundo la buena organización de ambos cuerpos y la abnegación y altruismo de los individuos que los constituyen, los que solo por humanidad, sin sueldo ni recompensa ninguna están prontos a ser útiles a sus semejantes, haciendo resaltar el caso, acaso único, de que sea Puente Genil, entre los pueblos de su importancia y categoría, el que mejor organizado tiene estos servicios, gracias a la Junta Directiva, incansable, y a la protección que les presta el Ayuntamiento.
Nuestra felicitación al señor Alcalde y a la Junta Directiva de la Cruz Roja, por la organización de esos dos cuerpos que puedan llenar de legítimo orgullo a nuestro pueblo>>.

            En primer lugar hay que decir que el alcalde de Puente Genil en esa época era D. Juan Delgado Bruzón y que la finca Ntra. Sra. Del Carmen está situada enfrente de la estación de Campo Real.  Todavía hoy son visibles restos del antiguo cortijo que se ve en la foto.  El propietario de la misma era hijo del Sr. Delgado Bruzón.  También apunto que el llamado "tren carreta" era el que iba a marcha lenta, parando en todas las estaciones del recorrido.
                Según cuenta Luque Estrada en la obra citada, la Asamblea Local de la Cruz Roja se creó en Puente Genil el 9 de octubre de 1921.  A lo largo de esa década fue creciendo en importancia por el número de sus afiliados y por el material que fue adquiriendo.  También por instituir el Día de la Banderita, la creación, en 1923 de la Junta de Damas de la Cruz Roja, etc.
                Las fotografías que mostramos son de la ambulancia que donó el Ayuntamiento en 1927 y de la formación del cuerpo de camilleros y ciclistas de la Cruz Roja en la puerta del cortijo apuntado.  El Sr. Manuel Cejas era el practicante titular y el inspector médico D. Leonardo Velasco Estepa.  Aunque es muy difícil decir el orden de los voluntarios, creemos que el jefe que aparece es D. Francisco Aguilar Montilla.  Algunos miembros, seguro que muchos de ellos están retratados en esa fotografía fueron: Antonio Ortega Montilla, Joaquín Haro Carrión, Francisco García Hidalgo, Fernando Carvajal Ortega, Joaquín Arcas, Juan Abril, Martín, Agustín Sánchez Esojo, Antonio Leva Trujillo, Manuel Luna Rey, José Jiménez Horcas, Alejandro Osuna Carreño, Francisco Pérez Porras, Antonio Rivas Abad, Enrique Avilés Sánchez, Antonio Molina Gil, José Luna Rey, José Gallardo Jiménez, Antonio Baena Rivas, José Jiménez Rivas, Ramón Cabello Prieto, Rafael Delgado Prieto, Antonio Castilla, Antonio López Arroyo y Miguel Cejas Morales.  Muchos otros voluntarios pusieron su ilusión en esa labor de ayuda en los momentos de catástrofe, accidente o incendio.  Vaya desde aquí nuestro sentido homenaje.